La vida, para la mayoría, no es cosa sencilla. Esta llena de altibajos, escollos y problemas que solucionar. Poco podemos hacer mas allá de respirar y despertarnos otro día mas para seguir con la eterna lucha entre voluntad y deseo.
Las piernas siguen moviendose por la simple inercia de continuar su eterno relevo, una delante, la otra esperando. El camino se abre ante nuestros ojos, que miran sin ver, y dan por cierto lo que se nos presenta obvio, que solo existe el camino.
Mentira. Y nosotros sin saberlo. Cada espacio entre los arboles, cada pequeña abertura, es un camino diferente, una dirección que seguir y se nos presenta sin que la percibamos como real. Es la mente nuestro único refugio seguro, en ocasiones también nuestro propio infierno y solo nos queda cerrar los ojos y tomar aire para seguir viviendo otro segundo mas.
La oscuridad nos asusta y nos da miedo. ¿Porque no nos sentamos y miramos entre las sombras? La luz nos ciega y el calor nos asfixia. Descansemos en las tinieblas y dejemos que la luna y las estrellas nos acojan en su reconfortante abrazo. ¿Acaso dormimos en la luz? La noche es segura. Los monstruos son los que temen a las humanos.
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