He estado ausente un tiempo por
diversas razones y entono el “mea culpa”. Estaba pensando como
regresar y se me ha ocurrido compartir con vosotros/as este pequeño
relato de las aventuras de Thanatos en el cuadragésimo primer
milenio. Espero que os guste.
Quiero aclarar que acompañare este relato de imagenes que he encontrado googleando, la mayor parte sacadas de juegos de las compañias Games Workshop y Fantasy Flight, las cuales reflejan bastante bien algunas de las situaciones de esta historia, para aquellos de vosotros que me siguen y no terminan de saber, por ejemplo, que es un chimera, vehículo el cual esta sobre estas lineas.
Quiero aclarar que acompañare este relato de imagenes que he encontrado googleando, la mayor parte sacadas de juegos de las compañias Games Workshop y Fantasy Flight, las cuales reflejan bastante bien algunas de las situaciones de esta historia, para aquellos de vosotros que me siguen y no terminan de saber, por ejemplo, que es un chimera, vehículo el cual esta sobre estas lineas.
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El cielo
nocturno se había vuelto triste y diabólicamente bello.Reflejaba con su distante pero intensa luz violeta la
magnitud del desastre acontecido. Era imposible conocer todos los
datos en ese momento, pero no había que ser ningún erudito para
imaginar lo inimaginable de la situación, incluso perteneciendo a
una organización a la que no le temblaba la mano al ordenar la
aniquilación de la vida sobre un planeta. Cadia había caído.
El saqueador lo había
logrado, después de trece intentos. La resistencia había sido
inútil, algunos refugiados llegaban al sector Calixis y, por los
pocos informes que habían logrado llegar, la situación era
preocupante. El viaje a través de la disformidad resultaba imposible
y los mensajes astropaticos eran demasiado arriesgados. Esto
recordaba demasiado a tiempos mas oscuros.
Thanatos observo desde lo
alto de la fortaleza a los transportes chimera y las valkyria que
llegaban con suministros y soldados. Era momento de prepararse para
lo que estaba por llegar y debían aprovechar ahora, que la región
de la Cuenca de Golgenna se había visto poco afectada por la debacle
galáctica. En ese momento iba vestido con unos pantalones de faena
de color rojo oxido y una camisa clara, cubierto por un abrigo tres
cuartos de cuero negro, del mismo color que su mascara facial,
también de piel. A Thanatos no le gustaba mostrar su rostro,
cubierto en su mayor parte por implantes bionicos y cicatrices.
Comenzó a descender por las escaleras del bunker principal, camino
del patio y sus pesadas botas resonaban al pisar con un ritmo lento y
pesado que, para alguien atento y perspicaz señalaba la seriedad de
los pensamientos del inquisidor, sin embargo, al acercarse a la
planta baja un pequeño jaleo le distrajo.
- ¡Te voy a destrozar, hijo de mil alimañas! ¡No huyas y da la cara, escoria!.
Los gritos provenían de la garganta de la soldado Nhum, del 27º de infantería mecanizada brontiano, adscrito recientemente al servicio de Thanatos. Al parecer, el blanco de su ira era un pequeño ratling de las tropa auxiliares del regimiento que corría tratando de despistarla.
- ¡Te voy a destrozar, hijo de mil alimañas! ¡No huyas y da la cara, escoria!.
Los gritos provenían de la garganta de la soldado Nhum, del 27º de infantería mecanizada brontiano, adscrito recientemente al servicio de Thanatos. Al parecer, el blanco de su ira era un pequeño ratling de las tropa auxiliares del regimiento que corría tratando de despistarla.
- ¡Como te pones por una
bromita de nada! ¡Déjame en paz y ve a afilar tu cuchillo a otra
parte!
Pensó si debía
intervenir o no, al fin y al cabo un poco de distensión no vendría
mal para relajar el ambiente. La dudas se disiparon al momento, en
cuanto el comisario a cargo de la fortaleza, Lord Christoff Landa,
apareció en escena, acompañado por su fiel guardaespaldas ogrete,
conocido simplemente como “Big Bud”. El gigante de tres metros
era la antítesis completa del estirado miembro de Officio prefectus.
Bud llevaba unos pantalones de campaña donde podría haber
pernoctado tranquilamente el soldado ratling, que era prácticamente
del mismo tamaño de la bota del ogrete. Lo levanto en el aire
dejandole a la altura de su rostro mientras Landa miraba con
desaprobación a Nhum.. Al día siguiente las letrinas iban a estar
relucientes.
Las
tropas inquisitoriales, con sus armaduras de caparazón negras y
rojas patrullaban los muros de las fortalezas, mientras servidores
biomecanicos descargaban los transportes con material bélico y
suministros médicos y alimenticios. Las tropas de asalto, al igual
que los comisarios, habían sido criados y entrenados en la Schola
progenium, una organización donde los hijos e hijas huérfanos de
los mejores oficiales del Imperio del hombre recibían la mejor
formación y adquirían una férrea disciplina. En contraste, los
servidores no eran mas que delincuentes y herejes cuyo castigo era
seguir sirviendo al imperio de la forma mas productiva posible.
Lobotomizados y programados eran poco mas que autómatas dedicados a
tareas sencillas. Nada se desaprovechaba.
Thanatos
busco el acceso a los sótanos. Quería comprobar las zonas
restringidas.
Paso
de largo la puerta de acceso al arsenal y se detuvo en el umbral de
la enfermería donde el Doctor Capaldi parecía estar esperándole.
- Muchos soldados se recuperaran sin problema, Inquisidor. Sus
acólitos de confianza ya son otro tema. Hun aguanta bastante bien
debido a sus implantes potenciadores y su excelente forma físico,
pero recibió muchos golpes y disparos en nuestra pequeña incursión
contra los Astartes de Lion. Esta consciente pero necesita reposo y
unas reparaciones de los implantes en las cuales me ha echado una
mano Didactilos. En cuanto a Marcus, no le voy a engañar, esta muy
grave. Sigue en coma y, sinceramente, si sigue vivo es debido a las
energías disformes que recorren su cuerpo. Podría fallecer en
cualquier momento. Hun no se separa de el ni un instante. Se nota la
camaradería.
- Tengame informado, Doctor.- Recalco el titulo de Capaldi con
seriedad. Casi sonó a amenaza.
La
frustración y un viso de tristeza invadieron la mente de Antoine
Thanatos. Marcus era su mano derecha y un prometedor acólito que
podría haber tenido una brillante carrera en los Ordos. Ojala se
recuperara, pero era realista.
- No se preocupe. Le informare puntualmente.- Trago saliva. El si
que estaba preocupado. Thanatos no era un mal hombre, pero seguía
siendo un Inquisidor implacable y, aunque escasos, sus arranques de
mal genio eran memorables.
Thanatos
abandono la zona de la enfermería y se interno aun mas en las
profundidades de la fortaleza. El portón de acceso tenia un lector
de signos biometricos a su derecha, donde Antoine situó su mano
antes de poder franquearlo. Allí abajo muy pocos eran los que tenían
permitido el paso, mas allá del propio inquisidor, y uno de ellos
yacía en una cama, inconsciente. Las luces eran escasas y dos
servocraneos sobrevolaban la lóbrega estancia principal. Ese era el
almacén donde reposaban los artilugios prohibidos por sus ordo, pero
que aun así, él seguía guardando y usando si era necesario. La
espada demonio que había usado Marcus antes de sus graves heridas y
cuya energía aun le mantenía con vida, el grimorio que utilizaba en
sus impíos experimentos, el rifle que disparaba fragmentos de la
propia disformidad...y gobernando el panorama lo que parecía el
armazón de un gigantesco Dreadnought con su núcleo vació, repleto
de sellos de protección y pergaminos de purificación. Y tras el, la
ultima puerta, la residencia de su infame huésped. Y huésped en mas
de un sentido , pues allí, encadenado, reposaba Faunroth,un antiguo
demonio recluido en un caparazón mortal por el Inquisidor, al que
utilizaba como su perro de presa particular. Se había acostumbrado
demasiado a utilizarlo en los últimos años, le era muy sencillo
obtener lo que quería gracias al poder del maléfico demonio. Pero
no importaba, porque lo mantenía bajo control.
- Trate de avisarle...recuérdelo...- siseo la criatura sin que
Thanatos siquiera se hubiese acercado a la puerta.
- Veo que sabes que estoy aquí, demonio.
- Su hedor a auto engaño traspasa cualquier muro. Vamos, reconozca
la verdad de una vez y de rienda suelta a su deseos. No tiene nada
de..¿malo?
- No, “mi señor”, no has hecho bien en bajar aquí. Te estaba esperando.
- Debería haber sabido que llegaría este día, que no iba a
permitir que me diera ordenes por mucho tiempo, pero no, has sido un
estúpido.- Agarro el cuello de Thanatos y lo levanto en el aire.-
Aunque para ser honestos, he tenido suerte. ¿Quien hubiera
imaginado que ese bueno para nada de Abbadon lograría su propósito?
Con las energía liberadas del ojo del terror sus protecciones
cayeron, hace días de hecho, pero, hay que ser pacientes.- Lo lanzo
al otro lado de la estancia, dejándolo aturdido y avanzo hacia el
caparazón de Dreadnought. - Pero hay que ser agradecido. Solo por
este regalo que me has hecho, podrás vivir unos minutos mas.
Primero me ocupare de tus secuaces.
Thanatos
abrió esa ultima puerta y cruzo el umbral, allí se encontraba la
figura semidesnuda, encadenada, arrodillada en una posición sumisa.
- Vengo a revisar tus protecciones, la situación es grave, como
veo que pareces saber.
- La disformidad es mas fuerte en estos días, y me susurra
noticias y promesas, es bueno distraerse cuando uno esta aburrido.
- No deberías sentir la disformidad aquí, engendro.- Dijo el
inquisidor, visiblemente preocupado.- tendré que reforzar las
protecciones, hice bien en venir aquí abajo.- No, “mi señor”, no has hecho bien en bajar aquí. Te estaba esperando.
Los
ojos de la criatura brillaron y proyectaron un rayo carmesí que
impacto de lleno en el pecho del inquisidor, el cual apenas fue capaz
de levantar una protección psíquica adecuada. De un poderoso salto
hacia arriba, Faunroth rompió sus cadenas y avanzo con paso firme
hacia Thanatos, que luchaba por levantarse.
Faunroth
penetro en el armazón de la maquina de combate mientras Thanatos
seguía intentando recuperarse. Usando sus poderes para modelar la
carne, como ya había hecho anteriormente al servicio de su captor,
el demonio alargo su cuerpo para que conectase con la antigua
maquinaria, parte de la cual fue lentamente mutando, convirtiéndose
en un solo ser grotesco, hecho mitad carne, mitad metal. La criatura
comenzó a subir las escaleras.
Thanatos
estaba jodido, física y metafóricamente. Un Dreadnought apareciendo
de repente dentro de una fortaleza podía causar una masacre antes de
ser detenido, no quería pensar en lo que podría hacer con el poder
de un Huésped demoníaco. Tenia que pensar rápidamente pero con
frialdad. Tomó el grimorio y las armas que tenia a mano, la espada y
el rifle de Marcus y subió las escaleras detrás del engendro como
buenamente pudo mientras buscaba su comunicador.
Cuando
Faunroth llego al piso superior tuve la gran suerte de que la primera
linea de defensa era un montón de lisiados. El engendro rio a
carcajadas mientras recibía disparos láser como si de una ráfaga
de viento se tratara. Había que alabar la disciplina de esos
soldados, que pese a estar heridos habían logrado llegar a la
armería y habían resistido las ganas de huir para, quizás, tratar
de proteger a sus compañeros mas graves. El demonio reservo sus
energía y disparo con el caño de fusión, vaporizando al grupo de
valientes estúpidos que le habían plantado cara. En ese momento
apareció una nueva figura. Hun estaba plantando cara al engendro.
Descalzo y con un pantalón de la enfermería, el guerrero de la
subcolmena portaba un escudo de energía que había logrado coger
mientras sus compañeros le cubrían. Usando toda la potencia de sus
implantes empezó a caminar hacia el demonio cubriéndose con el
escudo, cuyo campo de fuerza estaba soportando la descarga de energía
del cañón de fusión. Al llegar a su altura, Faunroth le arranco el
escudo de las manos de un solo manotazo de su enorme garra.
- Muy bien estúpido, y ahora, ¿que tienes pensado hacer?
- Esto.- Hun solto en el rostro del demonio una bolsa de granadas
de fragmentación que tenia ocultas a su espalda detonandolas con el
impacto. Hun cayo de espaldas, sangrando debido a las heridas de la
metralla y el engendro aulló de dolor.
- ¡Maldito bastardo! ¡Te arrancare el alma por esto!.- Todavía
cegado por la explosión alargo la garra para atrapar al herido
acólito de Thanatos.- ¿Querías hacerme sangrar? Prueba mi
sangre.-
De la destrozada cara de Faunroth comenzó a manar un
chorro de sangre ácida que se vertió directamente sobre el pecho
descubierto de Hun. Apenas sintió dolor mientras su carne se
descomponía en un lago de liquido entre rojizo y rosado, quedando
solo un blanco esqueleto y unos mecanismos corroídos.
El
engendro siguió avanzando hacia la enfermería mientras sanaba sus
heridas con los poderes de la disformidad. Había estado años al
servicio del inquisidor y no toleraba mas la situación. Es decir, lo
de matar no le importaba, pero no toleraba las ordenes de nadie y
menos de un maldito insecto que se creía un santurrón siendo un
cabrón egoísta. Iba a hacerle pagar. Ya le había humillado
ligeramente y había acabado con uno de sus preciados acólitos. Iba
a por el segundo. Marcus estaba en coma, no había necesidad de
alardear ni modo sencillo de hacerle sufrir. Simplemente le aplasto
con unas de sus piernas mecánicas.
-¡No,
hijo de puta! ¡Estaba indefenso! ¡Maldito cabrón disforme!-
Thanatos acababa de aparecer, cojeando, usando la espada demonio como
muleta, con el rifle infernal a la espalda y el grimorio en la mano.
- ¿Y que vas a
hacer ahora?. Estas herido y solo, y esas armas de poco te serviran
ahora mismo. En este momento soy invencible. ¡Tu me diste esto para
acabar con tus enemigos! Pero no, no puedes controlar aquello que no
entiendes del todo. ¡No eres capaz de entender toda la gloria del
Caos! ¡Todo el poder que..!¿Que..que haces?
Thanatos
estaba concentrando mientras apuntaba con la palma de su mano
izquierda hacia Faunroth. Usando toda su voluntad había logrado
paralizar al monstruo.
-¿Cuanto
puedes aguantar así Antoine? En cuanto bajes la guardia acabare
contigo. No creo que puedas aguantar demasiado.
Faunroth
noto a su espalda múltiples impacto y un intenso dolor. Al girarse
vio varios servidores de combate, armados con cañones de fusión
como con el que el estaba equipado, cañones de plasma y bolters
pesados. Usando su poder demoníaco logro romper el control del
Inquisidor por muy poco y cargo hacia la nueva amenaza como una fiera
desbocada. Los putrefactos cuerpos de los servidores salieron
despedidos y su maestro surgió entre la masa de cuerpos. Didactilos
había llegado para proteger a su señor. Usando su servobrazo para
apartar el peligroso cañón de fusión de la criatura dreadnought,
apunto con su Hacha de energía a las piernas del engendro,
consiguiendo hacerle caer e hincar rodilla. Aprovechando la
trayectoria del golpe, volvió hacia arriba para rebanar el cañón
de fusión de un segundo tajo del arma del Omnissiah.
-
Idiota...eso es solo un juguete...mi poder...es..¡Supremo!.- Disparo
otro rayo letal desde sus ojos impactando contra el tecno-sacerdote.
En
ese momento, Faunroth sintió una punzada en su espalda.
- Estas acabado, Demonio.- Thanatos había logrado estocar por la espalda a la criatura, gracias al terrible poder de la espada disforme. Había traspasado todo el blindaje. Faunroth manoteaba intentando, en vano, zafarse del inquisidor que seguía aferrado a su espalda pese a los dolores.
- Idiota. En cuanto te alcance, estas muerto....date por vencido.
- No, date por muerto. Conocerás la muerte definitiva.
- Estas acabado, Demonio.- Thanatos había logrado estocar por la espalda a la criatura, gracias al terrible poder de la espada disforme. Había traspasado todo el blindaje. Faunroth manoteaba intentando, en vano, zafarse del inquisidor que seguía aferrado a su espalda pese a los dolores.
- Idiota. En cuanto te alcance, estas muerto....date por vencido.
- No, date por muerto. Conocerás la muerte definitiva.
El
plan era arriesgado, pero no podía permitir que Faunroth llegara a
la planta baja. En una jugada casi suicida, había decidido sellar el
acceso a esa planta, en este momento toda la fortaleza estaría en
alerta, pero no podía darse el lujo de que sus experimentos salieran
a la luz. Empezó un rito de exorcismo.
- ¿Un exorcismo Antoine? ¿Solo eso? Volveré idiota...volveré y acabare con tu alma. Te devorare poco a poco y..
- No es a ti a quien le estoy practicando el exorcismo. Estoy expulsando al otro demonio, al que se encuentra en la espada.
- ¿Un exorcismo Antoine? ¿Solo eso? Volveré idiota...volveré y acabare con tu alma. Te devorare poco a poco y..
- No es a ti a quien le estoy practicando el exorcismo. Estoy expulsando al otro demonio, al que se encuentra en la espada.
En ese momento Faunroth lo vio claro.
La espada demonio estaba clavada en su espina dorsal y Thanatos había
completado el exorcismo. El arma que había pertenecido al difunto
Marcus estallo, liberando una poderosa energía disforme al mandar al
demonio encerrado en ella de vuelta a la disformidad. Semejante poder
fue suficiente para desgarra la esencia de Faunroth. El aullido de
ambos demonios casi rompe los tímpanos del inquisidor y apenas pudo
resistir la fuerza que manaba del armazón de la maquina demoníaca.
En pocos segundos todo acabo.
-
¿Di..Didactilos?
- Si,mi señor.
-¿ Estas bien?
-Si, señor. La armadura se llevo la peor parte. Nada que no pueda reparar.
- Habrá que limpiar todo este...desastre.
- ¿Cual sera la versión oficial, mi señor?
- Una pequeña tormenta de disformidad en el interior de la fortaleza,Marcus, Hun y los demás murieron como héroes para salvarnos a todos. No es mentira, simplemente, no es toda la verdad. Quiero que el padre Karras me ayude a bendecir toda esta zona en cuanto los servidores hagan las reparaciones.
- Señor, no quiero ser atrevido, pero, ¿entiendo que se acabo el jugar con estas fuerzas?.
- Didactilos, amigo mio. Siento mucho lo que ha sucedido aquí. Hemos sufrido graves perdidas, buenos soldados y grandes amigos, pero no. Has podido comprobar el poder de estas criaturas. Simplemente, amigo mio, la próxima vez tendremos que ser mas precavidos.
- Si,mi señor.
-¿ Estas bien?
-Si, señor. La armadura se llevo la peor parte. Nada que no pueda reparar.
- Habrá que limpiar todo este...desastre.
- ¿Cual sera la versión oficial, mi señor?
- Una pequeña tormenta de disformidad en el interior de la fortaleza,Marcus, Hun y los demás murieron como héroes para salvarnos a todos. No es mentira, simplemente, no es toda la verdad. Quiero que el padre Karras me ayude a bendecir toda esta zona en cuanto los servidores hagan las reparaciones.
- Señor, no quiero ser atrevido, pero, ¿entiendo que se acabo el jugar con estas fuerzas?.
- Didactilos, amigo mio. Siento mucho lo que ha sucedido aquí. Hemos sufrido graves perdidas, buenos soldados y grandes amigos, pero no. Has podido comprobar el poder de estas criaturas. Simplemente, amigo mio, la próxima vez tendremos que ser mas precavidos.
Sin
poder controlar su rabia, Thanatos arrojo los fragmentos de la
empuñadura contra la pared. Esto no era el final, solo un nuevo
principio.
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