LOS OFENDIDOS Y LA CULTURA: ¡HOSTIA PUTA YA, JODER!

"El agente Jonhson apenas pudo dormir aquella noche. El caso del asesino en serie mantenía su, ya de por si inquieta mente, en estado constante de alerta. Las pesadillas eran recurrentes desde hacia ya varios días y justo un minuto antes de que el despertador cumpliera su función, salto de la cama sobresaltado:
- ¡Corcholis!- exclamo antes de tomar un vaso de leche tibia que descansaba en su mesilla de noche junto a una caja de Mikado. Mordisqueo uno de los snacks y..."

¿Suena raro? yo diría que un poco. Y eso es porque en nuestra mente todos esperaríamos que el agente Jonhson exclamara algún tipo de maldición o palabra de las llamadas malsonantes y en su mesilla de noche tuviera whiskey y un paquete de cigarrillos. ¿Porque es así? porque por alguna endemoniada razón, quizás porque existen los personajes arquetipicos, ese tipo de actitud simplemente funciona y encaja con la historia.

Os cuento esto por la noticia que ha aparecido en la versión digital del periódico 20 minutos donde el señor Mateo Moya, de Murcia, presentaba una queja ante TVE porque en la serie "El Ministerio del tiempo", el personaje interpretado por el actor Hugo Silva exclamaba, y cito textualmente, "Hostia puta".

Puedo entender los sentimientos relig...no, espera un momento. No, no puedo entenderlos, pero los respeto y lo que esta claro que no soy capaz de entender es como alguien no puede entender dos cosas muy sencillas:

1.- Esta viendo una obra de ficción, donde, aunque alguien sacrifique una virgen a satanás y después se folle un bebe, cosa que no sucede en esta serie (creo), es ficción y por lo tanto no esta sucediendo.

2.- Los tacos y expresiones malsonantes están registrados en la RAE, son de uso común en nuestro idioma y tienen un propósito, que es resaltar con fuerza una expresión de alegría, enfado o cualquier emoción repentina. Le pique al que le pique TODOS los usamos.

La utilizacion de estas palabras de forma ingeniosa y hábil por parte de, por poner un ejemplo, algunos escritores como el en ocasiones amado, en otras odiado, pero jamas ignorado Arturo Perez Reverte puede dar fuerza y carácter a un texto y despertar de forma sutil una sonrisa o una carcajada. Os pongo como ejemplo el comienzo de su novela Cabo Trafalgar:

"El teniente de navío Louis Quelennec, de la Marina Imperial francesa, está a
punto de figurar en los libros de Historia y en este relato, pero no lo sabe. De lo
contrario, sus primeras palabras al amanecer el 29 de vendimiario del año XIV, o
sea, el 21 de octubre de 1805, habrían sido otras.
-Hijos de la gran puta."

Recordemos que no solo las palabrotas o el sentimiento religioso levantan ampollas entre algunos consumidores de ocio y cultura. Muchos recodáis la polémica de la portada alternativa del numero 41 de Batgirl en New 52 por parte del artista Rafael Albuquerque, portada que fue duramente criticada por su uso de la violencia y no se cuantas gilipolleces mas. (NOTA: he intentado escribirlo de forma objetiva pero la bilis empezaba a manar de las yemas de mis dedos). Damas y caballeros, que estamos hablando del jodido Joker, ¡DEL PUTO JOKER JODER!. Dudo que exista un personaje de comic mas psicopata y desquiciado, salvo quizás Cletus Cassidy. Me reitero en que es ficción y se trata de crear una historia interesante y si no es para todos los publicos, mala suerte, que lean otra cosa.

Si seguimos por este camino llegara un punto en que solo podremos ver reposiciones de la casa de la pradera y la aldea del arce y si me apuras ni eso. Si te pones a indagar el tiempo suficiente cualquier cosa puede ofender al menos a una persona. Pongamos por ejemplo la ya mencionada serie de la aldea del arce. ¿Alguno os preguntáis donde puede ofender una serie de dibujos animados moñas sobre las vivencias de una cuadrilla de amigos en un pueblo casi utópico? Perfecto, porque os voy a contestar ahora mismo.
- ¡Oh, por el amor de Dios todopoderoso! ¡Son animales antropomórficos! ¡Estan burlándose de la obra del Padre y del lugar que ocupa su mas perfecta creación, el hombre!

¿Creeis que exagero? Ni un ápice, creedme.